La fábula del ratón de campo y ratón de ciudad, es uno de los libros o cuentos atribuidos a Esopo, aunque reescrita por otros conocidos autores de cuentos infantiles y fábulas cortas.
Con el transcurso de los años han surgido diferentes versiones de las fábulas de Esopo, que tienen una antigüedad de 2000 años, incluso películas y dibujos animados. La versión reescrita del libro por Adivinanzas10.com en 2024 es la fábula original para niños y niñas completa, pero corta y resumida. Las fábulas cortas son geniales para leer a la hora de dormir o usar en la escuela gracias a sus fantásticas imágenes e ilustraciones.
Puedes leer el resumen del cuento del ratón de campo y ratón de ciudad escrito en nuestra web online, o descargar la versión para imprimir en pdf de la historieta.
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El ratón de campo y el ratón de ciudad
Había una vez un ratón que vivía en el campo. Había construido su hogar con mucha dedicación y amor. Tenía una casa humilde y sencilla, pero bonita y acogedora, decorada con flores frescas que cogía cada día del campo. Apenas tenía una cama y un sillón para sentarse a ver el atardecer tranquilamente.
Como su casita quedaba muy cerca del bosque, encontrara alimento fácilmente. Cada día tomaba frutos del bosque, mazorcas de maíz, bellotas o setas. Le encantaba salir a corretear, disfrutar del aire puro y el canto de los pájaros.
“Ay, soy tan feliz en este lugar.”
Un día, recibió la visita de un primo ratón al que hacía mucho tiempo que no veía. Su amigo se había ido a vivir a la ciudad buscando una vida mejor. Como llevaban tanto tiempo sin verse, decidió invitarlo a comer para poder ponerse al día de todo.
El día de la llegada le preparó los mejores manjares del bosque: unas mazorcas, setas, patatas… El ratón de ciudad probó todo, no quería ser descortés, pero realmente no le gustó nada la comida.
“Lo siento amigo, esta comida no se puede comparar en nada a las refinadas comidas de las que disfruto en la ciudad.”
El ratón de ciudad pasó unos días más en el campo, pero no estaba gustando nada lo que allí vivía. La comida le parecía horrorosa, estaba todo el día aburrido sin nada que hacer y el aire puro le parecía un aire normal como el de cualquier lugar.
“Mira, vamos a la ciudad, te invito a pasar unos días conmigo allí y ya verás lo que es tener una vida feliz y emocionante de verdad.”
El ratón de campo decidió que quería conocer esa buena vida, así que empacó algunas cosas y juntos se fueron a la ciudad. Pronto se dio cuenta de que aquello no le iba a gustar.
Empezó a sufrir de tos con el humo de la ciudad, tenía que esquivar los carros para no ser atropellado, iba estresado de aquí para allá persiguiendo a su primo.
Finalmente, llegaron a su madriguera, que estaba ubicada en la cocina de un hotel de la ciudad.
Era elegante, con sillones cómodos y camas llenas de mullidos cojines y blancas sábanas. Además, el ratón de ciudad tenía todo tipo de quesos y cosas deliciosas para comer. Se sentaron a cenar dispuestos a disfrutar de la refinada comida de ciudad.
Pero, no estaban ni sentados cuando apareció un enorme gato y tuvieron que salir huyendo y buscar un escondite.
“Amigo, ¿Cómo puedes vivir así? Qué peligro, ese gato casi nos come.”
“Solo tienes que estar más atento con el gato y la señora de la escoba. Si no te dejas atrapar por ellos, vivirás muy bien, créeme. Este es el mejor lugar del mundo.”
“No estoy de acuerdo, extraño mi campo, mañana me iré muy temprano. A ti te gustan unas cosas y yo prefiero otras. Pero, prometamos visitarnos cada cierto tiempo.”
“Está bien, me parece justo. Ambos seremos felices en nuestras casas. Te visitaré pronto.”
Al día siguiente, el ratón de campo volvió a la seguridad que le daba su madriguera en el campo, sintiéndose tan feliz que hasta unas lágrimas se le escaparon de sus ojos mientras tomaba el camino de vuelta a casa.
Nunca más sería capaz de dejar ese paraíso y tranquilidad por unos cuantos trozos de queso refinado.
Aprendizaje, lección o moraleja de la fábula del ratón de campo y la ciudad: Esta fábula o cuento nos enseña que la tranquilidad y seguridad de una vida tranquila, en ocasiones es preferible a los peligros y comodidades de una vida lujosa, estresante y agitada. Nos muestra lo importante de apreciar y estar contento con lo que se tiene, en lugar de dejarse llevar por las tentaciones.