La fábula el cuervo y el zorro, es uno de los libros o cuentos atribuidos a Esopo, aunque reescrita por otros conocidos autores de cuentos infantiles y fábulas cortas, también es conocida como el cuervo y la zorra.
Con el transcurso de los años han surgido diferentes versiones de las fábulas de Esopo, que tienen una antigüedad de 2000 años, incluso películas y dibujos animados. La versión reescrita del libro por Adivinanzas10.com en 2024 es la fábula original para niños y niñas completa, pero corta y resumida. Las fábulas cortas son geniales para leer a la hora de dormir o usar en la escuela gracias a sus fantásticas imágenes e ilustraciones.
Puedes leer el resumen de esta fábula corta de animales escrito en nuestra web online, o descargar la versión para imprimir en pdf de la historieta.
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El cuervo y el zorro
Érase una vez una zorra que era muy astuta y andaba por todo el bosque esperando conseguir algún tesoro del cual apropiarse.
Un día estaba avanzando como de costumbre y, al levantar la mirada, vio a un cuervo que reposaba sobre la copa de un gran árbol y tenía en su pico un jugoso trozo de queso que había robado a unos niños mientras estaban de picnic.
La zorra inmediatamente se imaginó disfrutando de ese rico sabor en su boca. El problema era, cómo iba a hacer para quitárselo al cuervo.
«Tengo que pensar en algo que de verdad funcione ¿Qué será?»
La idea le vino a la mente de inmediato. Sin pensarlo dos veces se acercó a la base del árbol y le gritó al cuervo:
«Amigo cuervo, he visto muchos de tu especie y no es que sean los más bonitos del bosque. Sin embargo, estoy sorprendida con tu belleza.»
Y continuó diciéndole:
«Allí, en esa rama, los rayos del sol dejan ver tu plumaje brillante. No sé si pueda decir en este momento que existe otro pájaro de semejante belleza en el bosque. Creo que no.»
El cuervo estaba acostumbrado a ser rechazado por todos. Su especie era considerada de malas noticias y todos le huían, así que se sintió muy halagado por lo que decía la zorra.
«Le agradezco mucho, señor zorro. Nunca en mi vida me habían dicho nada semejante.»
«Creo que eso pasa porque no te juntas con los animales correctos. Es un hecho que ni un águila se te podría comparar.»
El cuervo estaba ciego de la emoción. Se sentía el centro de atención y eso le hacía muy feliz.
«Lo que sí me apena mi queridísimo cuervo es que no tengas la capacidad de cantar tan bonito como las otras aves. Eso te haría, a mis ojos, perfecto.»
El cuervo se desesperó porque él sí sabía cantar, graznar en realidad, pero con el trozo de queso en el pico no podía hacerlo.
«En fin, se me hace tarde y ya me tengo que ir. Mi día hubiese sido perfecto si te escuchaba cantar, pero lamentablemente eso no sucederá. Que la pases bien, amigo cuervo.»
El zorro, en realidad, no hizo ningún movimiento para marcharse, sino que esperó el tiempo justo. El cuervo, como estaba lleno de vanidad, abrió el pico y empezó a cantar.
Esto hizo que el trozo de queso cayera y aterrizara justo a los pies del zorro, que no dudó ni un segundo en metérselo a la boca de un solo bocado. El cuervo se dio cuenta rápido de la trampa en la que había caído, pero ya era demasiado tarde.
«Ay, amigo cuervo, tan fácil que es conseguir algo de un vanidoso con unos pocos halagos. Tienes que concentrarte más y dejar de escuchar a todos los que te dicen lo que quieres escuchar porque es bien posible que, como yo, solo quieran algo de ti.»
Y, sin más, se fue de allí, dejando al cuervo triste y avergonzado por el error que había cometido.
Aprendizaje, lección o moraleja del cuervo y el zorro: esta fábula o cuento del zorro y el cuervo nos enseña que hay que tener cuidado con las personas que nos adulan y endulzan el oído con palabras bonitas, por lo general, son personas que pretenden engañarnos y conseguir algo de nosotros.
