El gato con botas es una fábula infantil, que se ha transmitido de generación en generación por todo el mundo, pues enseña una gran lección sobre perseverancia. Este cuento popular europeo fue recopilado por Charles Perrault y publicado en 1697.
Hay diferentes versiones de la famosa historieta del gato con botas, incluso está presente en películas como Shrek y dibujos animados. La versión reescrita del libro por Adivinanzas10.com en 2024 es el cuento para niños completo, pero corto y resumido. Genial para leer a la hora de dormir o usar en la escuela gracias a sus fantásticas imágenes e ilustraciones.
Puedes leer el resumen del cuento clásico escrito en nuestra web, o descargar la versión para imprimir en pdf de la historia.
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El gato con botas
Érase una vez un molinero muy anciano, cuya familia se componía únicamente de tres hijos varones.
Desgraciadamente, este únicamente tenía tres cosas que dejar en herencia a sus hijos: su molino, un asno y un gato. Llegado el momento de su muerte, cuando el anciano ya se encontraba postrado en la cama, decidió repartir su herencia.
«Queridos hijos, antes de dejar esta vida, deseo entregaros lo poco que tengo»- Pronunció el anciano.
Poco tiempo después, el padre murió, y tocó distribuirse los bienes. El hijo mayor se hizo cargo del molino, el mediano del asno y al pequeño, solo le quedó conformarse con el gato.
Como era de esperar, el hijo pequeño quedó decepcionado por su parte de la herencia, y en voz alta pensó:
«De qué me servirá a mí este gato…»
Para su sorpresa, el gato entendió lo que el joven había dicho, y le dijo:
«Te voy a sorprender, querido dueño, únicamente necesito que me des unas botas y un bolso, de esta forma podremos conseguir riqueza juntos».
El joven dudó por unos segundos, pero, finalmente, aceptó, nada podía perder por intentarlo. Le proporcionó todo aquello que el gato había pedido y emprendieron su camino juntos.
Anduvieron y anduvieron largos días, hasta que llegaron a un reino muy lejano.
El astuto gato con botas escuchó que el plato preferido del rey era el conejo, pero debido a la rapidez y facilidad de esconderse de estos, era muy complicado cazarlos. Así que, el gato ideó un plan, así podría conocer al rey y hacer planes de riqueza juntos.
Mientras su dueño dormía bajo un árbol, colocó una trampa y esparció zanahorias para atraer a los conejos. Pasadas unas horas, su trampa funcionó, ¡atrapó un conejo!
Entonces, el gato con botas tomo un sacó, metió al conejo, se le colgó al hombro y partió hacia el castillo del rey.
Cuando por fin llegó, le dijo:
«Querido rey, el Marqués de Carabás le manda este regalo»
El Marqués de Carabás no era ni más ni menos que su joven dueño. El rey agradeció muy complacido por el obsequio. Fueron pasando los días y el gato siguió mandando obsequios al rey de parte de su dueño.
Una mañana, el gato con botas escuchó que el rey daría un paseo por la orilla del río con su preciosa hija, así que ideó de nuevo un plan.
«Mi querido señor, si haces aquello que te diga, te harás rico, así que, quítate la ropa y métete al río».
El joven muchacho así hizo.
«¡Ayuda! ¡Ayudaaa! ¡El Marqués de Carabás se ahoga! ¡Y le han despojado de sus vestiduras!». – gritaba el gato con botas.
El rey, alertado por el tremendo escándalo, acudió a ver que estaba sucediendo. Al darse cuenta de que se trataba del “Marqués de Carabás”, le prestó finas ropas e invitó a subir al carruaje real durante el paseo.
Nuevamente, el gato con botas ideó otro plan. Acudió a unas tierras, propiedad de un terrible ogro, labradas por algunos aldeanos, y les advirtió que si no querían que nada malo les ocurriera, debían decirle al rey que esos campos eran del Marqués de Carabás.
Y así fue, cuando el rey pasó por allí y preguntó de quién eran esas tierras, cada uno de ellos respondió con lo mismo.
«Son de mi señor, el Marqués de Carabás».
El gato con botas, aún tenía que continuar con su astuto plan. Así que, fue hacia el palacio del temible ogro, alabándolo y elogiándolo, pues necesitaba ser su amigo.
Al quedarse a solas con el ogro, el astuto gato comentó:
«He oído que eres capaz de convertirte en elefante y en león, ¿Es cierto?».
«¡Así es!» – Contestó el ogro.
«Realmente maravilloso, pero la verdad creo que debe de ser mucho más sorprendente si pudieras convertirte en un ser minúsculo, como por ejemplo un ratón. Seguro no eres capaz, a pesar del poder que tienes».
El ogro molesto, con gran enfado, se transformó al instante en un diminuto ratón de campo, momento en el que el gato aprovechó el momento y se zampó al ratón.
De esta forma, el gato con botas consiguió tomar el castillo y todas las tierras pertenecientes al ogro, reclamándolas en el nombre del Marqués de Carabás. Ahora, el gato con botas y el joven muchacho, podían recibir al monarca y su hija en el castillo.
El rey, impresionado, cedió la mano de su hermosa hija al joven, ambos se casarían apenas unas semanas más tarde. Y con la muerte del rey años más tarde, se convertirían en dueños de todas las tierras del reino, junto con el gato con botas, inseparable y fiel.
Así fue, como el hijo pequeño del molinero, a pesar de recibir la herencia menos atractiva, consiguió tener mucho más que sus otros hermanos. El joven aprendió un gran lección del gato, y es que, con una actitud positiva, sin desesperar ante los obstáculos, se pueden ir logrando pequeños éxitos hasta llegar a lo más alto.
Moraleja: no hay que dejarse llevar por las apariencias, lo que parecía un simple gato, finalmente fue su gran amigo y ayuda. Además, también es un cuento que nos anima a luchar por nuestros sueños.