El cuento de Blancanieves y los siente enanitos es un cuento de hadas de tradición oral, más tarde versionado en forma de cuentos clásicos por los Hermanos Grimm. Es una de las historias de princesas y príncipes más famosas, que ha llegado a todo el mundo y en diferentes idiomas, pues Walt Disney hizo su propia versión.
Hay diferentes versiones de la historia de blancanieves y los 7 enanitos, como la de la película de Walt Disney del año 1937, dibujos animados y juegos interactivos. La versión reescrita del libro por Adivinanzas10.com en 2024 es el cuento para niños y niñas completo, pero corto y resumido. Los cuentos infantiles de princesas Disney son geniales para leer a la hora de dormir o usar en la escuela gracias a sus fantásticas imágenes e ilustraciones.
Puedes leer el resumen del cuento clásico original escrito en nuestra web online, o descargar la versión para imprimir en .pdf de la famosa historieta de la princesa blanca nieves.
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Blancanieves y los siete enanos
Érase una vez una hermosa princesa llamada Blancanieves que vivía en un reino lejano con su malvado padre y su madrastra.
La madrastra, que también era muy atractiva, pero altiva y orgullosa. Se miraba en el espejo cada día, este espejo era mágico, así que ella le hacía preguntas sobre su belleza para que le halagara.
«¿Quién es la persona más atractiva del reino?» – preguntó la malvada madrastra.
En respuesta, el espejo dijo:
«De todas las mujeres, tú eres la más deslumbrante.»
La reina se sintió satisfecha, pues estaba convencida de que su espejo hablaba con franqueza. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, la belleza y la grandeza de Blancanieves se hacían más evidentes.
Aunque la reina tenía una belleza física excepcional, Blancanieves era superior en todos los aspectos. Finalmente, llegó una ocasión en que la reina volvió a preguntar.
«Querido espejito, espejito, ¿Quién es la persona más atractiva del reino?»
El espejo respondió:
«Blancanieves es la más hermosa, y su bondad la hace relucir más que nadie.»
La reina se llenó de ira y ordenó llamar a su palacio a un cazador.
«Lleva a la joven princesa al bosque y deja que los animales salvajes la cuiden.» – dijo la madrastra al cazador.
Y así fue. El cazador engañó a la princesa Blancanieves para que fuera al bosque, pero mientras se preparaba para obedecer a la reina, sintió pena por la encantadora niña, así que la dejó ir libre.
«Corre, pobre niña, vete. Busca un lugar seguro para llamarlo hogar.» – dijo el cazador.
Blanca Nieves huyó por el bosque hasta que se le hizo de noche, por suerte encontró una pequeña cabaña de madera, así que decidió que pasaría la noche allí.
Cuando entró en la pequeña cabaña se extrañó de lo que vio. En ella había tan solo una mesa, con pequeños platos y cucharas para siete personas. También había siete pequeñas camas, una a lado de otra a lo largo de la pared.
Estaba tan cansada, que Blancanieves decidió acostarse en una de las camas, aunque eran muy pequeñas, encontró una en la que cabía, la séptima.
En la casa vivían 7 enanos, que trabajaban como mineros extrayendo oro y piedras preciosas, ya habían terminado el trabajo, así que se dirigían a su cabaña.
Cuando encendieron sus siete linternas, notaron que los objetos se habían movido de sus posiciones originales, lo que indica que algo andaba mal.
«¿Quién ha ocupado mi silla?» – preguntó el primero.
«¿Y quién comió de mi plato?» – siguió el segundo.
«¿Quién mordió parte de mi pan?» – preguntó el tercer enano.
Y así continuaron el resto preguntando por sus verduras, su tenedor, el cuchillo, la jarra… hasta llegar al último.
Después se dirigieron a sus camas, y el primero de ellos notó una arruga en su cama:
«Alguien durmió en mi cama.»
«Alguien ha estado en nuestras camas también». – dijeron todos los demás.
Cuando el séptimo enano se giró a mirar su cama, vio que Blancanieves estaba profundamente dormida e inmediatamente llamó a los demás.
¡Qué hermosa muchacha! – dijeron todos al unísono.
Blancanieves se despertó y sobresaltó al ver a los siete enanitos frente a ella. Sin embargo, los enanos le preguntaron su nombre y fueron muy amables con ella.
Ella les contó quien era y que estaba allí por culpa de su madrastra. Los 7 enanitos la invitaron a quedarse con ellos.
Blancanieves quería recompensarles por su amabilidad, así que los trataba como si fueran sus propios hijos: les hacía las camas, lavaba la ropa, cosía, cocinaba, limpiaba la casa, cuidaba a los animalitos… Todos vivían felices.
Después de un tiempo, la reina tomó la decisión de revisar su espejo, que de nuevo le dijo que Blancanieves era la más hermosa del reino. Fue entonces cuando supo que la princesa seguía viva y que residía en el bosque.
Nada puedo hacerla enfurecer más que eso, y decidió que ella misma tenía que terminar con esto. Se disfrazaría de una adorable anciana y le daría una manzana envenenada, que hará dormir a la princesa por siempre.
«Un bocado de esta manzana hará que Blancanieves se duerma para siempre».
Los siete enanitos se fueron a trabajar a la mina, como cada día. Uno tras otro iban caminando y cantando por el sendero del bosque. La malvada reina y madrastra aprovecho para acercarse a la ventana de la cabaña y hablar con Blancanieves.
La princesa sintió ternura por ella y le ofreció un vaso de agua.
«Eres muy generosa. Toma esta manzana como muestra de mi agradecimiento.» – dijo su madrastra disfrazada de anciana.
La manzana cayó repentinamente al suelo tan pronto como Blancanieves la mordió, y ella quedó sumida en un profundo sueño.
Cuando los 7 enanos volvieron de trabajar, encontraron a Blancanieves tirada en el suelo y descubrieron lo que había ocurrido. No podían dejarla ahí, así que la colocaron en una exquisita urna de cristal rodeada de flores con mucho cuidado, y esperaron pacientemente cada día a que despertara.
Un día, un apuesto príncipe pasó a caballo por el bosque y vio la hermosa urna con la princesa dentro. Le pareció tan bella, que pidió a los enanitos darle un beso, quizás eso la haría despertar. Y así fue, tras darle un suave beso en la mejilla, Blancanieves despertó poco a poco de su letargo.
Al ver al príncipe, quedó prendada de su bella y se enamoró al instante. Ambos decidieron que querían pasar la vida juntos, se casaron y fueron muy felices.
Aprendizaje, lección o moraleja del cuento de Blancanieves: esta fábula o cuento nos que no debemos ser envidiosos de los demás, cada uno tenemos nuestra propia belleza. A no desear el mal a nadie, la madrastra quiso que Blancanieves muriera, y, sin embargo, consiguió con sus actos que encontrará un hermoso príncipe y ser feliz, ella, sin embargo, nunca lograría serlo, su envidia la mantenía amargada.