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Cuento los músicos de Bremen

Los músicos de Bremen es el cuento de hadas (n.º 27) escrito por los hermanos Grimm en 1812. Esta fábula infantil, popular y tradicional basada en la ciudad alemana de Bremen se ha transmitido de generación en generación por todo el mundo.

Hay diferentes adaptaciones de la famosa historieta de los animales cantores, incluso películas y dibujos animados como Los Trotamúsicos, que no corresponde 100% a la versión original. La versión reescrita del libro por Adivinanzas10.com en 2024 es el cuento para niños completo, pero corto y resumido. Genial para leer a la hora de dormir o usar en la escuela, gracias a sus fantásticas imágenes e ilustraciones.

Puedes leer el resumen del cuento clásico ilustrado de los hermanos Grimm escrito en nuestra web online, o descargar la versión para imprimir en pdf de la historia.

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Los músicos de Bremen

Érase una vez un viejo burro que tocaba el laúd. Durante toda su vida había trabajado para su dueño de la mejor forma, pero ya el burro comenzaba a envejecer y perder fuerzas, por lo tanto, su rendimiento había disminuido, y su dueño quería deshacerse de él.

El burro era un animal verdaderamente astuto, y se dio cuenta de lo que pretendía hacer su dueño, así que decidió por sí solo dejarlo e irse a la ciudad de Bremen, un lugar que le proporcionaría la oportunidad de trabajar como músico gracias a su don y hermosas melodías.

Una vez partió, durante el largo camino se topó con un perro cazador, que al igual que el burro era viejo y menos útil que antes, así que ambos comenzaron a hablar:

“¿Qué haces vagando por aquí solo?”- Preguntó el burro.

“He abandonado a mi dueño, quería sacrificarme a pesar de todos los años que estuvimos juntos.”- Respondió profundamente apenado el perro.

“Tengo una idea que seguramente te guste, ¿Te gustaría acompañarme a Bremen y convertirte en músico junto a mí?”- Propuso el burro.

“Pero yo no sé tocar ningún instrumento y mucho menos tengo voz de cantante”- Respondió el perro cazador.

“No te preocupes, los timbales son un instrumento fácil, que con poca práctica conseguirás dominar”- Dijo el burro intentando convencer al viejo perro.

Así fue como el perro quedo más que convencido y emprendió su rumbo junto al burro.

Tras pocas horas de andar se toparon con un gato descompuesto y triste. Al igual que con ambos compañeros, el gato había huido de su hogar por miedo. Su dueña intentó deshacerse de él ahogándolo en el río, solo porque ya no era capaz de deshacerse de los roedores de la casa.

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Tanto el burro como el perro quedaron apenados con lo sucedido, así que le propusieron que se uniera a su banda.

“¿Yo? Muy a mi pesar no tengo conocimiento alguno de música, pero estoy dispuesto a aprender”- Contestó el viejo gato.

Avanzando su camino, los tres nuevos compañeros se encontraron con un gallo. Los tres se apiadaron del gallo, era joven y con una capacidad vocal increíble, pero sus propietarios querían convertirle en caldo de pollo.

Así que, de nuevo, decidieron invitarle a que se uniera a ellos como vocalista en Bremen.

“Adoro la idea, es un gran sueño que me gustaría cumplir, contad conmigo”- Respondió el gallo uniéndose al camino de sus nuevos tres compañeros.

Desgraciadamente, el camino era largo y se les hizo de noche, por lo que decidieron parar y pasar la noche en una alejada casa, de la que salían luces de su interior.

Los miembros de la banda se acercaron cuidadosamente a mirar por las ventanas. Vieron que dentro había unos bandidos que pretendían robar la comida de la casa. Decidieron que tenían que echar a los ladrones, para comerse ellos esos manjares.

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Los animales comenzaron a subirse los unos encima de los otros, creando una figura aterradora, a la vez que comenzaron a hacer ruidos todos a la vez. Los malhechores al ver y oír la escena salieron despavoridos de ahí y abandonaron todo lo que había en la casa.

Así consiguieron los músicos de Bremen llenar sus hambrientos estómagos y dormir plácidamente. El burro se durmió fuera de la casa en un montón de paja, el perro tras la puerta de la entrada, el gato al pie de la chimenea y el gallo en la viga más alta.

Tras unas horas de sueño, uno de los malhechores volvió, pues pensó que quizás aquel monstruo había desaparecido.

Al entrar en la vivienda observó los brillantes ojos del animal en la oscuridad, pensando que eran brasas encendidas, así que procedió a encenderlas de nuevo e hizo daño al gato. Éste, asustado, le atacó. El ladrón retrocedió y pisó la cola del perro y éste en consecuencia le mordió.

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Asustado, el ladrón se fue corriendo y tropezó con el burro, que asustado le coceó. Ante todo el escándalo, el gallo cantó pensando que había amanecido.

Todo esto hizo creer al hombre que había una bruja que lo había arañado, un fantasma que lo había acuchillado, un ogro que lo había golpeado con su puño y un juez que clamaba para juzgarle, así que salió despavorido.

Ningún ladrón regresó jamás a esa vivienda, ya que pensaron que la casa había sido maldecida.

Los animales cantores decidieron, por tanto, quedarse a vivir en la casa, así que hasta el día de hoy se puede oír la música que sale de la vivienda y que tanto miedo hace sentir al que la escucha.

Aprendizaje, lección o moraleja de Los músicos de Bremen: esta fábula o cuento nos enseña la importancia de la empatía, los animales deciden ayudarse los unos a los otros, pues los habían abandonado por ya no ser útiles. También nos enseña valores como la cooperación, si se ayudan, conseguirán todo lo que deseen: encontrar una casa, comer o dedicarse a la música.

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