El cuento de la gallina de los huevos de oro, es uno de los libros o cuentos atribuidos a Esopo, aunque reescrita por otros conocidos autores de cuentos infantiles y fábulas cortas como el francés Jean de La Fontaine y el español Félix María Samaniego.
Con el transcurso de los años han surgido diferentes versiones de las fábulas de Esopo, que tienen una antigüedad de 2000 años, incluso películas y dibujos animados. La versión reescrita del libro por Adivinanzas10.com en 2024 es la fábula original para niños y niñas completa, pero corta y resumida. Las fábulas cortas son geniales para leer a la hora de dormir o usar en la escuela gracias a sus fantásticas imágenes e ilustraciones.
Puedes leer el resumen de esta fábula de la gallina de los huevos de oro escrito en nuestra web online, o descargar la versión para imprimir en pdf de la historieta.
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La gallina de los huevos de oro
Érase una vez un granjero que estaba sumido en la pobreza. Tan pobre era que aunque tenía una granja, no vivía ni un solo animal en ella.
“Tendré que buscar empleo en granjas vecinas o, si no, moriré de hambre.”
El hombre recorrió el pueblo en busca de un empleo y otro granjero de la zona lo contrató para que le ayudara a recolectar su cosecha en el bosque.
El granjero iba cada día a su empleo lamentándose por ser el más pobre de toda la aldea y más por tener que trabajarle a otra persona que hacía lo mismo que él.
Un día, estando en sus labores, se le apareció un enano mágico que le dijo:
“Buen hombre, he visto tu esfuerzo diario y escuchado tus lamentaciones. Te ayudaré a salir de esa situación. Toma esta gallina y colócala en tu corral, tenla cómoda y espera. Cada día te bendecirá con un huevo de oro.”
El enano desapareció sin dejar que el granjero le hiciera ninguna pregunta. Entonces, tomó a la gallina y confió. La llevó a su casa y la colocó en el corral esperando ansioso al día siguiente y ver si la gallina ponía huevos.
Pasó la noche y en la mañana salió de su casa expectante por la situación:
“Veamos si aquel enano decía la verdad.”
Cuando llegó al corral, la gallina estaba echada sobre el nido, la levantó con cuidado y, para su sorpresa, allí estaba dorado y brillante su huevo de oro.
“Eh, eh, era cierto. Tengo mi huevo dorado. Te amo gallinita, te amo. Te llamaré la gallinita de los huevos de oro.”
Los días pasaron y, tal como prometió el enano, la gallina ponía un huevo de oro en cada amanecer. El granjero los vendía y compraba animales para la granja, arregló su casa, contrató empleados y poco a poco se convirtió en el más rico de toda la aldea.
Pero, en lugar de volverse generoso y agradecido con los demás por la suerte que había tenido, el hombre se dejó llevar por la avaricia y los malos pensamientos.
“Si espero que la gallina siga poniendo un huevo diario, me tomará años conseguir varias granjas. Además, a veces necesito dinero de inmediato y con lo de un huevo no es suficiente…»
Pensaba el granjero para sí mismo…
«Ya sé, la voy a matar y tomaré la fábrica interna de su barriga para producir cuantos huevos yo quiera a la hora que yo quiera, ¡tendré toda la riqueza al momento!” – se dijo.
Así lo hizo y, para su sorpresa, la gallina por dentro era como cualquier otra, solo tripas y ningún tesoro.
No había nada especial en su interior. La magia para poner huevos de oro que aquel extraño enano le concedió, desapareció con la muerte de la gallina.
Por su avaricia, el granjero se quedó sin la gallina y sin el huevo diario que tanto le había ayudado.
Aprendizaje, lección o moraleja de la gallina de los huevos de oro: Esta fábula o cuento nos enseña que la avaricia y la falta de gratitud nos pueden llevar a la pérdida de oportunidades y a la pérdida de lo que tenemos.
La moraleja enseña que es importante valorar y apreciar lo que tenemos en el presente, sin dejarnos llevar por la ambición desmedida y querer obtener todo de golpe.