Alí Babá y los 40 ladrones es un cuento perteneciente a la recopilación de cuentos orientales tradicionales de Las mil y una noches de Abdoul H. Sadoun. Esta fábula infantil, popular y tradicional basada en Persia se ha transmitido de generación en generación por todo el mundo.
Hay diferentes adaptaciones de la famosa historieta de los cuarenta ladrones y el leñador, incluso películas y dibujos animados, aunque no son 100% la versión original. La versión reescrita del libro por Adivinanzas10.com en 2024 es el cuento para niños completo, pero corto y resumido. Genial para leer a la hora de dormir o usar en la escuela, gracias a sus fantásticas imágenes e ilustraciones.
Puedes leer el resumen del cuento clásico ilustrado de los hermanos Grimm escrito en nuestra web online, o descargar la versión para imprimir en pdf de la historia.
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Alí Babá y los 40 ladrones
Había una vez un pobre y trabajador hombre que se llamaba Alí Babá. Su misión cada día era cortar la mayor cantidad de leña en el bosque y llevarla al pueblo para venderla.
Un día, se acercó a una zona donde no cortaba con regularidad, pues estaba en las montañas. Allí buscó un árbol grande para cortar y empezó su faena. Mientras miraba el árbol caer, se echó a un lado para que no le golpeara, sin embargo, no se dio cuenta de que estaba al borde de un precipicio.
Alí Babá cayó al vacío dándose varios golpes hasta llegar a una roca que le sirvió de soporte, pero que le dio tan duro en la cabeza que terminó por desmayarse.
No despertó hasta el día siguiente, sintiendo un fuerte dolor de cabeza. Se fijó en el lugar en el que estaba y, poco a poco, fue recordando todo lo que había sucedió.
Miró hacia arriba y vio los trozos del árbol, así que se levantó, tomó su cesta y subió a buscar la leña que había esparcido por el acantilado.
Estando en esas tareas, escuchó el barullo de muchos caballos cerca de donde él estaba:
“Lo que me faltaba, otros leñadores vienen a acabar con mi bosque y mi trabajo.”
Se escondió para verlos más de cerca y vio pasar a una tropa de por lo menos 40 caballos con sus jinetes. Estando allí, se impresionó de ver que el capitán se paró frente una gran roca y gritó:
“Ábrete sésamo.”
Después sucedió una cosa impresionante. La colina empezó a vibrar y se abrió un agujero por donde entraron todos los hombres.
Aunque sabía que era una imprudencia de su parte, su interés y curiosidad era mayor, así que se acercó a mirar. Todo estaba muy oscuro y no podía ver qué estaba sucediendo en el interior de aquella cueva. Tuvo que esconderse de nuevo, porque escuchó los caballos salir.
Una vez fuera de la cueva, se dio cuenta de que los caballos cargaban unos pesados sacos encima. Los hombres fueron avanzando hasta que el último salió y dijo:
“Ciérrate, sésamo.”
Así empezaron a avanzar y se fueron. El caballo del último hombre, en su camino, tropezó y el hombre cayó derramándose el contenido del saco que, para sorpresa de Alí, era un montón de oro, joyas y piezas de mucho valor.
Eran 40 ladrones y en la cueva de la montaña guardaban su botín. Alí Babá quería un poco de aquella fortuna.
Así que, esperó emocionado a que todos los hombres se fueran y se plantó frente a la entrada y gritó:
“Ábrete sésamo.” – gritó con más fuerza de lo que hacía falta, emocionado por volverse rico.
Gritó un par de veces más, pues la frase mágica parecía no funcionar, hasta que empezó a ver cómo el agujero que tanto anhelaba se mostraba ante sus ojos.
Alí Babá entró y todo estaba muy oscuro. Caminó y caminó, pero no conseguía ver nada, ni siquiera la salida de la cueva. Solo le quedaría esperar a que los ladrones volvieran y pensando en eso, se quedó dormido.
Un rato después volvió uno de los ladrones que había olvidado su saco. Llevaba una antorcha con la que iluminaba su camino. Empezó a rebuscar su saco y con el ruido Alí se despertó.
Lo que vio, le impresionó, hasta el suelo estaba lleno de monedas de oro, diamantes, joyas y piedras preciosas. Empezó a recoger lo que podía y se pegó al ladrón con mucho cuidado para que no lo descubriera mientras aprovechaba para salir tras él.
Llegaron a la salida, pero se escuchaba un gran alboroto fuera. Era la guardia del reino que había descubierto a los ladrones y los estaban apresando. Por lo que, tanto el bandido, como él, se quedaron dentro hasta el día siguiente.
Espero con quietud y, cuando ya no escuchó más nada, decidió salir sin que el ladrón se diera cuenta.
“Ábrete sésamo.” – dijo y echó a correr hacia su casa.
Corrió directo a su casa y ahí estaba su esposa muy preocupada porque no había aparecido en 2 días, y además, había escuchado sobre unos ladrones.
Aunque, no estaba sola, sino que su hermano Semes había aprovechado para acompañarla, él estaba enamorado de su esposa y aprovechó para intentar enamorarla.
“Oh, Alí, me tenías tan preocupada, menos mal que Semes estuvo conmigo”- dijo su esposa.
Ahora que Alí Babá había vuelto, Semes vio en peligro su oportunidad de casarse con la esposa, así que, con engaños, consiguió encerrarlo en un almacén. El leñador, desesperado, le contó lo que había visto para que lo dejara libre.
«Semes, si me liberas tendrás todo el oro del mundo. Tan solo tienes que ir a la cueva de la montaña y decir <ábrete, sésamo>»
Y así hizo, no quería perder la oportunidad de ser rico. Así que, tomó sus burros cargados con una cesta y fue hasta la montaña.
«Ábrete, sésamo»- y la cueva se abrió.
Sin embargo, él no sabía que la guardia real estaba al acecho buscando al ladrón faltante de los 40 que buscaban. Fue tomado preso, y aunque intentó explicarse, nadie le creía.
Alí Babá, salió de su encierro y corrió a contarle a su esposa lo ocurrido. Juntos decidieron ir a por el tesoro, ahora que los ladrones estaban presos, y el faltante, estaba escondido en algún lugar.
Cuando llegaron hasta allí, empezaron a vaciar el lugar, poco a poco cada día. Invirtieron el dinero en comprar algunos caballos de los que poder vivir toda su vida.
Además, Alí y su esposa no aprovecharon la riqueza solo para ellos. Decidieron compartir con los demás habitantes del pueblo. Pero tenían que capturar al preso escondido, así que decidieron buscarlo, cuando dieron con él, lo entregaron a la guardia a cambio de su hermano. Pero, su hermano no quiso saber nada más de ellos y huyó del pueblo.
Se dice que después que Alí logró sacar todo el oro de la cueva, esta nunca más volvió a abrir.
Aprendizaje, lección o moraleja de Alí Babá y los cuarenta ladrones: esta fábula o cuento nos enseña la importancia de la inteligencia, la astucia y la gratitud hacia otras personas. Alí Babá demuestra que la prudencia y la cautela pueden conducir al éxito, incluso en situaciones peligrosas. Además, el cuento también enfatiza el valor de la generosidad y la gratitud, ya que Alí Babá comparte su riqueza con su familia y recompensa a aquellos que lo ayudaron.
