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cuento de Caperucita roja

El cuento de Caperucita roja y el lobo feroz es una fábula infantil, popular y tradicional que se ha transmitido de generación en generación por todo el mundo, una historia con una gran lección, que después fue versionada por Charles Perrault y los hermanos Grimm.

Hay diferentes versiones de la famosa historieta de Caperucita roja y el lobo, incluso películas y dibujos animados, aunque se desconoce cuál es la versión original. La versión reescrita del libro por Adivinanzas10.com en 2024 es el cuento para niños y niñas completo, pero corto y resumido. Genial para leer a la hora de dormir o usar en la escuela gracias a sus fantásticas imágenes e ilustraciones.

Puedes leer el resumen del cuento clásico de los hermanos Grimm escrito en nuestra web, o descargar la versión para imprimir en pdf de la historia.

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Caperucita roja

Érase una vez una pequeña niña que iba siempre con una bonita caperuza de color rojo, que su mamá había tejido para ella. De tanto usar la caperuza, la gente de todo el pueblo comenzó a llamarla Caperucita roja.

Caperucita era muy buena y amada por su familia, sobre todo por su abuelita, era la nieta que más la iba a visitar, a pesar de que vivía lejos de su casa, al otro lado del bosque.

Un día, la mamá de Caperucita roja pidió a la pequeña que fuera hasta la casita de su abuelita para llevarle unos pasteles recién hechos y una cesta llena de pan y mantequilla, pues la abuela se encontraba algo enferma y no podía ir a la tienda.

“Hija, tu abuelita está muy malita, ¿Podrías llevarle esta cesta con comida? Por favor”.

Además, le advirtió:

 “Recuerda, no debes alejarte del camino ni hablar con extraños, ya que nunca se sabe las intenciones de los desconocidos”.

Caperucita, que era una hija ejemplar, obedeció a su madre y dijo:

“No te asustes, mamá, haré todo lo que me dices”.

Inmediatamente después cogió todo aquello que su madre había preparado y comenzó su rumbo hacia la casa de su querida abuela. De repente se topó con un lobo, y este preguntó:

“Caperucita, Caperucita, ¿a dónde vas con tantas prisas?”.

imagenes de caperucita roja y el lobo

En ese momento la pequeña recordó el consejo de su madre, pero al no sentirse intimidada respondió sin preocupación:

“Voy de camino a la casa de mi abuela, que está enfermita”.

A lo que el lobo respondió:

“¿Dónde se encuentra el hogar de tu abuelita?”.

“Debes cruzar todo el bosque, y una vez hayas pasado por él, encontrarás un claro rodeado de enormes pinos”. – Contestó la pequeña sin desconfiar del feroz lobo.

En esos momentos el lobo ya podía saborear a Caperucita con el olor, aunque decidió dejar a la pequeña como postre y comenzar por la abuelita, a pesar de que sabía que la abuelita no sería tan sabrosa y tierna.

Así pues, decidió engañar a Caperucita roja para ganar tiempo, para ello, le dio la idea de recolectar unas flores frescas como regalo para la abuela.

En ese momento la pequeña recordó las palabras de su madre, que resonaban dentro de su cabeza, y contestó:

“No debería, porque mi madre me ha dicho que no me aparte de la senda”.

Y el lobo respondió:

“¿Ves ese camino de ahí? Es un atajo para llegar antes”.

De esta forma, el feroz lobo logró engañar a Caperucita Roja y la mandó por el camino más largo. El lobo esperó un segundo para cerciorarse que la pequeña seguía el camino y rápidamente se dirigió a la casa de la abuelita con la intención de hacerse pasar por la niña y que la abuelita le abriera la puerta.

Una vez dentro, el lobo se comió a la abuelita, se puso su camisón de noche y el gorro, y se metió en la cama para esperar a que Caperucita llegara, pues ella era el postre.

caperusita roja

Unos minutos después, la pequeña e indefensa niña llamó a la puerta, pero nadie le respondió y decidió entrar. Poco a poco fue acercándose a la cama, donde estaba su abuelita con aspecto extraño.

“¡Abuela, qué ojos más grandes tienes!”, – Exclamó la pequeña.

“Son para verte mejor”, – respondió el lobo copiando con gran energía la voz de la abuela.

“Abuela, pero qué orejas tan grandes tienes” – dijo la pequeña aún sin comprender por qué su abuela estaba tan diferente.

“Son para oírte mejor”, –respondió el feroz lobo.

“Y qué boca tan grande tienes”.

“Para comerte mejooooooooor”, – rugió el lobo que a su vez se echó encima de Caperucita, a quien se comió de un solo bocado, de la misma forma que hizo anteriormente con la abuela.

Justo en esos instantes, un cazador que andaba por la zona, escuchó el grito de la pequeña Caperucita. Entonces comenzó a correr hacia la casa de madera del bosque, donde encontró al feroz lobo recostado en la cama, hinchado y con una enorme barriga de todo lo que había comido.

personajes de caperucita roja

El cazador impresionado por la situación, dudó sobre qué hacer. Dejó la escopeta, cogió un cuchillo y abrió la barriga del lobo para ver de qué se había alimentado.

Y con un solo corte logró rescatar a la pequeña nieta y su abuela, que aún seguían vivas en las tripas del lobo.

Después de estar sanas y salvas, los tres decidieron darle una buena lección al feroz lobo, por lo que le llenaron la barriga con enormes piedras y volvieron a coser sus tripas.

Cuando el lobo se despertó, tenía una sed tremenda, por lo que decidió bajar al río a tomar agua. Una vez allí, el peso de su tripa era tan grande, que al agacharse a beber agua cayó al río, donde se ahogó por el propio peso de las rocas.

Caperucita roja se dio cuenta del gran error que había cometido por fiarse del lobo y fue a disculparse con su madre. Por ello, nunca más volvió a hablar con desconocidos o a desviarse del camino.

La moraleja de este cuento es que nunca debemos confiar en los desconocidos.

la caperucita roja dibujo

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